Cuando ella “piensa”, EL ÁNGEL RESUELVE SUS DUDAS Y SUS MIEDOS, el pensamiento es una característica esencial de los seres humanos que debe colocarse al servicio del espíritu, cuando no es así, interfiere con la Plenitud que tenemos en el presente. El presente de María está lleno de portentos, de prodigios; LAS CONFIRMACIONES, LOS MILAGROS se manifiestan en el ahora, como es el saber que el Mesías está en su cuerpo y que no hay nada que temer, que Dios se encarga de todo.María estaría condenada de acuerdo a la tradición judía a morir en el desierto.Sin embargo ella escucha en el Presente, y acata el mandato del ángel ; digo mandato porque de ello se trata: de la orden “me fobou” (no temas): no sientas fobia del prodigio, no huyas del milagro, no te salgas del presente, antes bien: acéptalo con todas sus vivencias, con todas sus implicaciones, con toda su novedad y entonces María empieza a manifestar su vocación de VIVIR EN EL PRESENTE, DE SERVIR, DE ACOMPAÑAR, DE HONRAR Y SER HONRADA, DE PROFETIZAR, DE ENTREGAR SU CUERPO, SU VIENTRE, para que el Mesías tuviera un cuerpo humano y se cumpliera el plan de salvación. Ella acepta el misterio que es y lo vive a plenitud. Me enseña a aceptar, disfrutar y manifestar mi propio misterio y el de los demás. Aceptar que la vocación que tenemos es un misterio y que solo se manifiesta en el ahora, nadie puede interferir en la vocación propia de cada ser.
El espíritu inicia una nueva teología de la Mujer,
María está más allá de los paradigmas, tradiciones y reglas de la sociedad judía; María establece una conexión directa con el espíritu quien la guía en su VIVIR. NO TEMAS es la palabra que le dirige el ángel a María y con ella a todas las mujeres que están listas para ser instrumentos de Dios ; la tranquiliza y le permite continuar escuchando las instrucciones que ha de seguir. Es propio de la mujer espiritual, tener la Certeza en el ahora que el mal no va a triunfar, en ella tiene un lugar por excelencia del NO MIEDO; Nada malo va a pasar, los designios del Dios del Amor, se llevan a cabo a través de la historia ; La tierra no es un lugar para temer. La fatalidad no va a triunfar. El Miedo no redime,
El No miedo es el que redime, el que transforma el acontecer de la historia.La experiencia mística que se manifiesta en cada Presente, reafirma esa teología sobre lo femenino, donde no hay nada que Temer, todo está en manos de la Gracia y está Gracia se manifiesta en el Ahora. Cada instante es perfecto y allí es donde tenemos que vivir. Las mujeres espirituales de hoy y de ayer, reconocen el misterio que son y solo pueden obedecer al Espíritu, a la Gracia, y continuaran trabajando y viviendo para manifestar esa Plenitud que Son, en la forma que lo dicte el espíritu. Han sido y seguirán siendo santas, profetas, mártires, o sacerdotes, bien sea que la comunidad donde vivan se den cuenta o no.Los Milagros, los prodigios, lo nuevo se manifiestan en el Ahora de María Cuando María, acepta que vivir en el presente y sin temores es indispensable para la manifestación del espíritu, sigue sus tareas cotidianas, y obedece las órdenes del ángel de visitar y acompañar a su prima Isabel, que está esperando un hijo. Isabel y el hijo que lleva en el vientre se sobrecogen ante la Presencia de María ;
Isabel recibe en el “ahora” la gracia del espíritu y saluda a María reconociendo los milagros se están manifestando en ella. Isabel le confirma y reafirma a María su papel protagónico en la historia de la salvación. El Misterio de la Gracia se manifiesta en el presente con portentos, y los dones del Espíritu se derraman sobre ellas, aparece un saludo profético donde no hay nada que temer.
El magníficat.
Porque ha mirado la humildad de su sierva;
Por eso todas las generaciones me llamarán bienaventurada,
Porque ha hecho en mi maravillas cuyo nombre es santo. El Poderoso,
Su misericordia se derrama de generación en generación sobre los que le temen.
Desplegó el poder de su brazo y dispersó a los que se engríen con los pensamientos de su corazón.
Derribó a los potentados de sus tronos y ensalzo a los humildes.
A los hambrientos los llenó de bienes,
Y a los ricos los despidió vacíos.
Acogió a Israel, su siervo, acordándose de su misericordia.
Según lo que había prometido a nuestros padres, a Abraham y a su descendencia para siempre.